domingo, 30 de marzo de 2014

Alegorías musicales



Exposición de esculturas en el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora (Almería) Sala la Tercia en Mayo de 2011.


Título de la Exposición: ALEGORÍAS MUSICALES

Textos de las obras: David Fernández Villarroel - escritor




ALEGORÍA MUSICAL 
Gres, hierro y madera


¿Se despiden? ¿Se abrazan? La encrucijada de la separación o el lugar  del encuentro. El lenguaje de la música y el de la vida es el mismo, al fin y al cabo. De los encuentros saltan esas chispas luminosas que nos acercan a las estrellas. De los adioses manan esos rumores de tristeza que nos obligan a buscar el manto amigo de las noches. Unas y otros están presentes en ese gesto de despedida o de abrazo, de atracción o de apartamiento. Mientras se resuelve la indecisión, ¿por qué no detenernos a escuchar el sonido de los labios, el de las manos, el de los ojos?








ALEGORÍA MUSICAL 
Cerámica de gres, hierro y madera


Por separado, lo incompleto; juntas, la plenitud. Una sola, la ausencia; las dos, el reencuentro. Aisladas, se necesitan; separadas, se reclaman. Unidas, forman la esfera, el círculo, lo perfecto. En una sola, forman parte de un compás, vibran, estallan, suben con las voces, se apagan con el silencio. Son quietud y movimiento, son ritmo, sonoridad, armonía…



ALEGORÍA MUSICAL 
Concierto para una vida
Madera de palisandro, acero y madera de cerezo




El sonido sube de la tierra, se hace vida en el espacio y es música en el aire. La música de la luz del aire.

El sonido, como la vida, no avanza nunca en línea recta: esquiva las esquinas, forcejea con los contratiempos, se pliega a las corrientes del aire, es sinuoso y amigo del vaivén.

La música, que es vida porque siente y hace sentir, tiembla por entre las láminas, cuenta los peldaños de la escala de madera, se detiene un momento en cada recodo, se asoma a la luz, vuela con el aire, vuelve de nuevo, se encoge, se estira…..

 





ALEGORÍA MUSICAL 
Concierto para una vida
Madera de castaño y acero




Es ahora la luz la que trae el sonido. Lo ha encontrado en el aire más alto y por la atmósfera abajo lo ha guiado hasta los ojos abiertos de la madera. Son ojos que miran, y son ventanas que se abren, y son brazos que aguardan. Son también descanso.

Y el sonido así descansado vuelve convertido en música, y la música que se hizo en el aire se desliza despacio por una escala con forma de cauce de río o lomo de colina, vibrando en cada tecla antes de tocar la tierra donde nació: el silencio







 


ALEGORÍA MUSICAL 
Madera, resina sintética y acero


La música está en los colores. Es azul en el cielo y en el mar,  en los días azules de la infancia, en los planes azules para una mañana, en todas esas pequeñas cosas con que vamos entreteniendo el tiempo. Es roja en los atardeceres y en los sembrados de abril, en los andamios de la adolescencia, en los asuntos del corazón y de las agendas más secretas. Es amarilla como los años que se fueron, como las cartas de amor y como todos los caminos, los que ya anduvimos y los que nos quedan por andar. La música está en todas estas láminas





ALEGORÍA MUSICAL 
Gres, hierro y madera



Redondel de guitarra, tubos de trompeta... Conductos por donde circulan caravanas de sonidos  y rebaños de silencio. La música que todo lo envuelve  y entra por los ojos y en las cuevas y en los túneles. La música que crece y se extiende; la música que prefigura el grito  y la llamada. La música que ciñe y aísla; la música que predispone al ensimismamiento y el arrobo.


 

ALEGORÍA MUSICAL 
No le dejan cantar
Mármol y acero




Tiene la mirada de los tristes, de los desvalidos, de los asustados. Hay en ese ojo que nos mira un signo grande de interrogación, un punto negro de reproche, una llama oscura de recelo. Es el gesto del que se siente perseguido sin saber por qué, del que se ve acorralado, del que prefiere esconder el miedo para no enseñas las lágrimas.

El rostro entero alberga la indefensión, la desconfianza, el desamparo.

A pedradas le han herido el pensamiento, de la fuente de un ojo brotó un río de lágrimas del que solo queda un cauce seco, a un lado de la barbilla le nace un camino o arroyo que viaja cuello abajo o a ninguna parte...

Y la respiración represada bajo esos dos signos de la nada, los labios cosidos con barrotes, las palabras selladas, la música ahogada, encarcelada, prohibida....


ALEGORÍA MUSICAL 
Madera de manzano y hierro




Con el alma quieta o a los pies caída, con el pensamiento alto o por el barro, con la casa sosegada o en algarabía; con el corazón en una mano y la frente en la otra; con la habitación encendida o el pasillo en tinieblas; mirando sin mirar o con los ojos puestos en otra parte; en un día sin ventanas o en una tarde puesta a secar al sol; en los momentos de vivir encogido o en lo de volar en castillos por el aire; en silencio o entre el bullicio; a solas o en muchedumbre...: la música









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